jueves, 4 de diciembre de 2008

El momento de mis silencios


Una sonrisa que se pierde
desde la flexibilidad de mis dedos
hasta mis nudillos
y el suspiro que se hace eterno.

Pinto de rosa el ambiente y vivo
mi eterno mundo de fantasias,
pequeños hombresitos vestidos
de verde me llevan al pedestal
más alto de mis imaginaciones.

En el teatro de mi cuerpo no hay
protagonistas, solo mis pecas
y la inevitable necesidad de
contarlas con frecuencia
para hacer más divertido
el tiempo.

Miro el resplandor de
luz del foco de mi habitación
me pierdo en él...
el brillo me transporta,
la conversación con
mi conciencia se hace
más amena,
pensamos, reímos,
disfrutamos
y meditamos...


Mis brazos se extienden
Mi pelo crece y me
vuelvo las cuatro estaciones
del año.
Mi cuerpo baila por dentro
y la sensación es de balada.

Cambian los tiempos
la soledad es diferente
ya no está castigada en
un rincón.
Se siente mi algarabía
desde aquí hasta
el final de ese momento
donde abro mis ojos
miro el reloj
abrazo fuerte la almohada,
toco mi frente y mi sonrisa
vuelve nuevamente
y se queda aquí
entre mis dedos.